Luego cogimos un tren para Roma; en el tren la Mireia hizo un amigo, un tal Gabriel un poco bastante muuuy pesado, con un cinturón (¡agarraos!) dorado con un corazón y el conejito de Play Boy incrustado con perlitas brillantes... sobra cualquier comentario. A Eli y a mí nos cayó fatal (sí, el hecho de que llevara ese cinturón, influyó inevitablemente) pero la Mir y él se llevaban súper bien... más que bien.
Llegamos a Roma y descubrimos que el camping está a tomarporculo, así que tuvimos que correr por la estación con las mochilas en un carro que casi se nos cae a la vía de tan rápido que íbamos. Cuando llegamos a la estación más cercana al camping, desc
Kevin nos ofreció su casa por 10 euros noche cada una, ya que su casa está más conectable con Roma, y aceptamos, pero esa noche tuvimos que dormir en el camping porque ya la habíamos pagado. Dormimos en una casita como de Pin y Pon muy chula.
1 comentario:
Um... ¿no prefieres mi serpiente? Jur :-P
Quit Windows, my friend!
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